Por qué escribir tu plan de parto y cómo hacerlo para que los médicos lo respeten

médicos

La manera en la que las mujeres damos a luz ha ido variando a lo largo de los siglos. Los avances médicos y clínicos son más que evidentes, pero no han sido los únicos. Especialmente, en los últimos años es tendencia el aspecto ‘humano’ del parto y que la parturienta pueda hacer suyas ciertas decisiones del proceso, siempre y cuando el cuadro médico lo permita. El documento con el que las madres indican cómo les gustaría que fuera este momento tan importante se llama ‘plan de parto’ y a continuación explicaré en qué consiste, cómo redactar uno y por qué te lo recomiendo.

¿En qué consiste un plan de parto?

Normalmente, los pensamientos de cómo será el parto se aceleran en el tercer trimestre del embarazo. En este periodo, es habitual que la matrona u obstetra informen sobre la existencia de un documento llamado plan de parto para embarazadas y que nos animen a rellenarlo y llevarlo al hospital el día del nacimiento del bebé. Pero, ¿en qué consiste y qué debe poner?

El plan de parto es un escrito donde la embarazada puede expresar sus preferencias y deseos respecto al parto, necesidades durante el postparto y lo que no le gustaría que suceda bajo ningún concepto en todo el proceso.
No todos los hospitales tienen el mismo protocolo, o incluso los profesionales médicos que trabajan dentro del mismo hospital pueden atender a las parturientas de diferentes formas. Tener un plan de parto nos da la oportunidad de reflejar el protocolo con el que queremos que se nos atienda. Es una herramienta que da visibilidad a los problemas todavía muy comunes en los paritorios, como por ejemplo no poder estar acompañada, la todavía habitual violencia obstétrica, el uso de las maniobras manuales desaconsejadas, etc.

¿Cómo redactar un plan de parto ‘de manual’?

redactar plan de parto

La guía más oficial es la confeccionada por los profesionales del Ministerio de Sanidad y se puede descargar en la página web del mismo. Además, la organización ‘El Parto Es Nuestro’ también ofrece un plan de parto descargable para rellenar. Además de responder a las preguntas relacionadas con los deseos y preferencias de la embarazada, se pueden incluir los comentarios y observaciones sobre nuestras preocupaciones relacionados con el parto.

El plan de parto está dirigido a las mujeres que tienen el deseo de dar a luz por vía vaginal, a las que ya tienen una fecha exacta de la inducción del parto, y a todas aquellas mujeres que desean dar a luz por vía cesárea. En la cartilla del control de embarazo (facilitado por los profesionales que trabajan en la Sanidad Pública, hospital o ambulatorio) encontrarás también el mismo Plan de Parto.

¿Qué se pone en un plan de parto?

El documento es una guía extensa con preguntas sobre cómo queremos que vaya nuestro parto. Los aspectos más importantes que debemos pensar bien e incluir en nuestro plan de parto son los siguientes:

Manejo del dolor durante el parto

En esta parte debemos de expresar nuestros deseos sobre si queremos parir sin medicamentos para el dolor o por el contrario si deseamos paliarlo lo máximo. Hay toda una gama de remedios para paliar el dolor sin el uso de medicamentos, por ejemplo: pasar las contracciones en una bañera, pedir la acupuntura, tener la libertad de movimientos, calor, masaje, acceso a pelota de pilates o silla de parto, etc.

Prácticas sanitarias durante el parto

banera para el parto

En el parto natural la mujer tiene derecho de realizar los pujos cuando ella lo desea. El pujo espontáneo es realizado por la mujer durante el expulsivo y es provocado por un deseo fuerte de empujar. No es recomendable que la mujer realice los pujos antes de llegar a la dilatación completa y tampoco realizar los pujos dirigidos (por el personal sanitario). A veces, la anestesia epidural disminuye la sensibilidad y la mujer es avisada por las matronas de cuándo tiene que empujar. Esta técnica es menos natural y no debería ser practicada de forma rutinaria.

La episiotomía es el corte vaginal que realiza el obstetra en el momento de la coronación durante el expulsivo. El objetivo es ensanchar el canal vaginal para permitir el paso del bebé. Las episiotomías se deben realizar sólo cuando hay riesgo en la vida del feto, cuando se sospecha un desgarro de grado III o IV o cuando el expulsivo se prolonga. En otros casos, cuando el parto se desarrolla sin complicaciones, la episiotomía no debería realizarse de forma rutinaria.

Ese corte afecta a la musculatura del suelo pélvico y puede producir la dispareunia, dolor pélvico crónico, la incontinencia urinaria en el postparto. Por lo tanto, sólo se debe aplicar en los casos arriba mencionados y es recomendable que en el plan de parto se exprese el deseo de no sufrir una episiotomía rutinaria.

La postura en la que queremos dilatar o empujar es otro factor importante que hace que el parto vaya bien. Durante la dilatación es fundamental que la mujer tenga la libertad de movimiento: que pueda andar por la sala, usar la pelota de pilates para realizar los movimientos de la pelvis, cambiar de posturas constantemente para que las contracciones sean más llevaderas… En la fase del expulsivo, la mujer debería evitar la posición tumbada boca arriba, ya que es la menos fisiológica para parir. Estar tumbada de lado, sentada, o en cuatro patas, son las posturas fisiológicas más beneficiosas para el parto.

Después del parto

cordón umbilical

El nacimiento es un momento único, íntimo y se deben respetar las primeras horas tras dar a luz para la madre y bebé. En el postparto inmediato se debe permitir que la madre tenga contacto con su bebé a través de la piel con piel, la mirada, el olfato, el sonido y el reflejo de succión. Estos primeros momentos son fundamentales para crear el vínculo madre-bebé y son importantes para estimular la lactancia.

Las luces fuertes, los ruidos, controles médicos, podrían interrumpirlo y generar el estrés tanto en la madre como en el bebé. Si no hay necesidad de realizar los procedimientos médicos en las primeras horas, se debe permitir el contacto y respetar la intimidad de la nueva familia. El cordón umbilical se debería cortar en el momento cuando ya deja de latir. Sólo cuando exista alguna evidencia justificada se puede cortar antes. Si la madre lo desea, puede hacerlo ella misma o su acompañante. No es aconsejable bañar al recién nacido en las primeras horas de su vida, pudiendo alargarse hasta dos días tras nacer. En caso necesario de realizarlo antes, se pedirá el consentimiento de la madre.

Para entender todos los aspectos que incluye un plan de parto y saber qué queremos elegir para el día del nacimiento de nuestro bebé, te aconsejo acudir a las clases de preparación al parto. La información que nos facilita el personal sanitario especializado en obstetricia es fundamental para orientarnos sobre todas las técnicas permitidas y no permitidas.

Una buena preparación al parto debe incluir la actividad física, ejercicio específico para el suelo pélvico, el masaje perineal, la práctica de los ejercicios de dilatación con la pelota de pilates, la práctica de los pujos y la información teórica sobre el puerperio y la lactancia materna.

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