La candidiasis vaginal, conocida también como vulvovaginitis candidiásica, es una infección genital causada por hongos, especialmente por el Cándida Albicans. Las infecciones vaginales son más habituales de lo que pensamos, prácticamente una de cada dos pacientes a las que atiendo en la consulta ha tenido en su vida una infección por cándida o síntomas compatibles con una candidiasis vaginal. Y la mayoría de ellas ha tenido infecciones recurrentes, es decir, más de 3 infecciones en el mismo año. ¿Por qué las infecciones por cándida reaparecen? ¿Cómo afecta la candidiasis a nuestro suelo pélvico?
La candidiasis vaginal tiene su origen en el tracto intestinal
Los síntomas de una infección vaginal por cándida son sólo secuelas de una mayor ´invasión´ por el hongo en la mucosa intestinal. El Cándida Albicans está presente en nuestros intestinos en cantidades muy escasas. En un organismo sano, el hongo ´malo´ está presente y no causa daños porque las bacterias y hongos ´buenos´ son responsables de mantener un equilibrio entre todos los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo.
El problema empieza cuando el ´hongo malo´, cándida albicans, se multiplica y prolifera en las capas más profundas del intestino. Si la cándida domina en la flora intestinal, esto puede desencadenar infecciones en la mucosa vaginal, anal, vejiga, uretra, o boca. Así que una candidiasis vaginal es una de las secuelas de la candidiasis intestinal. Y debe ser tratada a nivel global, no sólo con el antibiótico por vía vaginal.
¿Cómo afecta una candidiasis vaginal al suelo pélvico?
En caso de una candidiasis vaginal recurrente, es habitual que las mujeres tengan dolor vaginal, dolor en las relaciones sexuales, hipersensibilidad vulvar o que sufran dolor pélvico crónico. La infección crónica por el hongo causa inflamación del todo tracto urogenital. Los músculos del suelo pélvico ´responden´ a esta inflamación con una contracción o espasmos, provocando un progresivo estrechamiento del canal vaginal.
Es algo que observamos prácticamente siempre en las pacientes que han tenido varias infecciones seguidas. Hay un exceso del tono muscular, tensión en la fascia del suelo pélvico, dolor en el tacto, molestias en relaciones sexuales. Para mejorar estos síntomas es necesario tratar la infección a nivel local (vagina) y global (intestinos). Y después, reeducar la musculatura del suelo pélvico para recuperar un tono normal.
¿Qué otros síntomas puede dar la candidiasis crónica?
Los síntomas más comunes de una infección por cándida son los siguientes:
- Diarreas o estreñimiento crónico.
- Deseo desmedido de tomar dulce.
- Dolor vaginal, hipersensibilidad vulvar.
- Mal aliento en la boca.
- Dolor muscular, articular (síntomas parecidos como en fibromialgia).
- Ansiedad, depresión.
- Erupciones en la piel.
- Dolor abdominal.
- Insomnio.
- Tensión premenstrual.
- Falta de apetito sexual.
- Sequedad de boca o garganta.
¿Cuál es el tratamiento para la candidiasis crónica?
Lo más importante es saber que la cándida se alimenta principalmente de azúcar. Así que, antes de empezar con el tratamiento con antibióticos, hay que comenzar la dieta antifúngica eliminando por completo todos los dulces. Se recomienda beber mucha cantidad de agua mineral, y si es posible, cambiando el tipo de agua cada semana, para aportar diferentes tipos de minerales. También es importante reducir el nivel de estrés para mejorar nuestro sistema inmune.
A continuación, el médico especialista nos prescribirá el tratamiento con el antibiótico para eliminar el hongo. Durante ese tratamiento debemos seguir con la dieta antifúngica e hidratarnos con agua mineral en abundancia. Se recomienda practicar el ejercicio físico de intensidad moderada para mejorar la movilidad articular y el tono muscular.
En casos de una infección vaginal, tras el tratamiento, se introduce la fisioterapia uroginecológica para normalizar el tono del suelo pélvico y reducir los síntomas de incontinencia, dolor pélvico y dispareunia. Cuando existe una hipertonía del suelo pélvico y dolor que impide tener relaciones sexuales con penetración, los tratamientos se basan en:
- Relajación miofascial por vía vaginal.
- Estiramientos progresivos del suelo pélvico con dilatadores vaginales.
- Biofeedback por vía vaginal.
- Ejercicios Kegel inversos.
- Ejercicios de movilidad pélvica, ejercicios hipopresivos, estiramientos dinámicos.